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Chetumaleños sin rumbo

Haydee García

¿Qué pecado ha cometido el quintanarroense para que no se le reconozca en su propia tierra?. Entre el cacique que ha dañado mucho al estado con la repartición de riquezas a unas cuantas familias, los políticos y funcionarios que quieren que sus puestos sean eternos han podrido todo lo que tocan.

Con el nuevo gobierno de Mara Lezama los buenos ciudadanos y los creyentes no solo del cambio impulsado por la 4T, sino en acabar con los caciques y las malas costumbres, han reprochado nombramientos como el de Lilián Villanueva Chan,  titular del Instituto de la Cultura y las Artes de Quintana Roo.

Olvidan que no todo depende de la persona, sino del jefe en turno, del presupuesto y de que dejen trabajar sin obstaculizar. Por ello la chetumaleña Lilián Villanueva tiene un trabajo doble: demostrar que con un buen jefe se puede hacer un buen trabajo y levantar la institución que está en ruinas.

Por otra parte, hay chetumaleños que no han contado con las mismas facilidades en reconocimiento y tampoco han tenido padrinos mágicos; simplemente con sus propios recursos y el amor a su legado han querido incursionar, como el economista y empresario Manuel Pérez Alavez, nieto del luchador social Pedro Pérez Garrido, asesinado por motivos políticos en la época del Territorio gobernado por el jalisciense Margarito Ramírez.

Manuel Pérez se dio a conocer como presidente de la Fundación Pedro Pérez Garrido, en honor a su difunto abuelo. Puso en marcha esta fundación que tiene como principal propósito promover un desarrollo sostenible para el sur del estado.

En su momento logró la aceptación del pueblo como candidato independiente llegando a las firmas necesarias. Pero no logró  la aceptación de los políticos y funcionarios acaparadores.

Manuel Pérez continúa con su trabajo de economista, y es la prueba que hay talento no reconocido, con verdaderas raíces quintanarroenses y sin padrinos en la política, a quienes deberían dar espacio.

Y como Manuel Pérez seguro hay muchos más, jóvenes y no tan jóvenes preparados con raíces quintanarroenses a quienes deberían dar la oportunidad de sumar su talento. No olvidemos que el gobierno del cambio verdadero aún inicia y estos son los tiempos de un cambio real, a fondo.

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