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Educación superior, investigación y desarrollo en tiempos de transición política y dificultades financieras

Visión Intercultural

Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com

Existen suficientes datos sólidos para afirmar que el desarrollo de una región, país o estado está fuertemente ligado al nivel académico y a la cobertura de educación superior, licenciatura y posgrado. Ahí está la semilla de investigación para la generación de conocimiento que permita no solo entender sino atender correctamente los diferentes retos que conlleva el desarrollo.

Sin esa información, el estado solo tiene dos escenarios: o ser dependiente de ciencia y tecnología de otras latitudes, o seguir hundiéndose en el subdesarrollo. ¿Cuál escenario aplica para Quintana Roo, ahora que viene el cambio de gobierno? Sin duda el primer elemento que salta a la vista es la inversión en educación.

Pero ¿es el elemento más importante especialmente cuando la situación financiera del estado y del país no pasa por sus mejores momentos? Los medios han dado cuenta de la inversión que en Q. Roo se ha hecho en materia de educación. Algunos ejemplos son: La Jornada Maya reportó el 20/02/2019 un monto de casi 518 millones de pesos para infraestructura educativa.

El 14/09/2019 la Coordinación Gral. de Comunicación del gobierno del estado informó de una inversión histórica de casi 2,500 millones en educación. El 11/08/2021 el IFEQRoo dio a conocer una inversión histórica de más de 353 millones de pesos para infraestructura en educación superior.

Sin duda esos datos son importantes, pero de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria no son suficientes cuando miramos a todo el país.

La inversión en educación de 2022 corresponde al 3.1% del PIB, el cual es menor que el 5% promedio para Latinoamérica y lejos de lo que la Ley General de Educación estima como inversión necesaria que es el 8% del PIB. De regreso a Q. Roo, seguramente también habrá datos adicionales a los de infraestructura, correspondientes a salarios, proyectos, capacitación, etc., pero no son de fácil ubicación.

Mucho más difícil es ubicar datos que respondan a las preguntas ¿cómo se refleja esa inversión en materia de creación de ciencia y tecnología? De la investigación generada en instituciones educativas del estado ¿qué tanto se está aplicando? ¿En qué formas? ¿Qué contribuciones existen en el avance significativo de la ciencia en cualquiera de sus disciplinas? No son preguntas fáciles de responder.

Por un lado, en el estado no existe una sistematización que lo permita; por otro lado, se sabe que la ciencia no tiene un avance predecible y lineal. Pero tampoco sabemos bien a bien si vamos por el camino correcto. Lo que sí sabemos es que debemos fortalecer en forma significativa la investigación en todas las disciplinas. ¿Cómo lograrlo en tiempos de finanzas difíciles y en coyuntura de cambio de gobierno? No se necesita ni magia ni suerte.

Hay suficientes ejemplos en el planeta para poder decir que se necesitan políticos visionarios que establezcan políticas públicas innovadoras y que sus colaboradores sean personas con capacidad demostrada (no de corrupción ni simuladores), con formación sólida.

Se puede lograr modelos de cooperación interinstitucional eficaz para atender diferentes retos. Pero para ello se requiere de directivos bien preparados.

El tamaño del reto antes expuesto es tal que el nuevo gobierno debe tener el cuidado de elegir el perfil de quienes ocupen la secretaría de educación y las rectorías de las instituciones de educación superior. Ya se sabe de personas que pretenden ocupar la Secretaría de educación del estado.

Si bien el nuevo gobierno tiene la facultad de designar a sus secretarios, por la importancia del tema educativo sería conveniente que se escuche la opinión de afectados y conocedores del tema y no se le entregue ese espacio a quienes han demostrado mal desempeño en sus responsabilidades previas ni tienen formación adecuada.

Si el dicho: “NO HAY BUENAS UNIVERSIDADES CON MALAS CARRERAS NI BUENAS CARRERAS EN MALAS UNIVERSIDADES” es adoptado por el nuevo gobierno, debemos tener funcionarios, en todos los niveles, desde la Secretaría de Educación, así como Rectores y Directores, pertinentes para el reto. Sin ellos seguiremos hundiéndonos en el subdesarrollo en el que estamos. Es cuanto.

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