En los mentideros políticos se comenta con respecto a la posición que asumió la organización política Morena cuando se declaró en alianza con el PVEM y el PT al inicio del proceso 2019 para el cambio de diputados en el Congreso del Estado. -Los electores quintanarroenses se expresarán en las urnas el 2 de junio de este 2019.
Esa coalición Morena-Verde incluye al “chiripero” PT -de pilón- para formar parte de una alianza entre Morena con el PVEM, saliendo beneficiando el “niño verde”, Jorge Emilio González Martínez, en lo coyuntural, para que con sus bancadas en el Senado y en la Cámara de Diputados, se erijan como mayoría absoluta.
Han surgido diferentes comentarios en cuanto a la postura de Morena y su nueva alianza con el Verde, unos la apoyan, otros dicen que en Quintana Roo es oportunismo querer estar junto a Morena como partido en el poder. Pero, como se ha dicho, -y se sostiene-, que depende del apoyo del electorado quintanarroense donde predomina la democracia, Vox Dei.
Una vez dicha la declaratoria del arranque del proceso, en el Ieqroo iniciaron los escarceos de nueve candidatos independientes para el cambio de diputados locales y, también, los pronunciamientos de diputados actuales –pluris y electos- que buscarán la reelección, en lo que se advierte brillará por su ausencia el apoyo popular.
Mientras las fuerzas políticas PAN-PRD que obtuvieron el triunfo en el proceso 2016 y, por ende en el Poder Legislativo del Estado, ahora contenderán nuevamente en alianza aunándoseles el PES viciando las competencias por lo cual se generará el rechazo en las urnas.
Aunque coloquen toda la energía que en este proceso se pueda reunir la mayor cantidad de voluntades para diputados electos, pluris e independientes todo dependerá del apoyo ciudadano que les exigirá constancia, pundonor, honor al gentilicio y deseo de cambio.
Al profundizar ciertos temas de perturbación y desesperanza lo cierto es que con urgencia se debe tomar en cuenta que si quienes hoy tienen el protagonismo que desgraciadamente ha quedado en inadvertencia al no querer cambiar de actitud egoísta, sobrevendrá el sufrido “tormento” al dejar de ser diputados.
Hoy ponemos las pocas esperanzas que quedan en nuestros diputados actuales quienes, hasta ahora -fieles a sus intereses- se han mantenido ocupados con persistentes “chapulineos”, reyertas y truculencias en la siniestra acción política abandonando al pueblo que, por consecuencia, no abonará votos.
Estrategias y objetivos políticos escogidos para modificar matrices de opinión, ideas, suposiciones y retratos ya establecidos, es el comportamiento coyuntural de los partidos, sin conjeturas, basadas en la procedencia y comportamientos anteriores. Si nos enfocamos demasiado en el pasado se vislumbrará que aflora el hartazgo y la desconfianza.
Lo que tenemos es un cuerpo legislativo inexistente que por ahora se ha negado asumir y cumplir con su obligatoriedad, -lo que se ha anunciado que lo haría nuevamente con la reelección bajo el manto de las listas de los partidos y de la cuántica del árbitro electoral, asignando a los plurinominales sin pasar por el escrutinio del pueblo.
Los candidatos proponen, los votantes disponen
Llegarán momentos decisivos en los cuales no pueden contenerse los cambios sin comprometer la suerte de la unidad quintanarroense. El interés personal o grupal no tiene cabida ante la demanda democrática. Vox Populi.
Los ciudadanos no pueden someterse al mandato servil de los partidos quienes los dominan y que explotan su nobleza que los condicionan a cambio del otorgamiento de lo que les corresponde por derecho la justicia social.
En momentos decisivos los quintanarroenses reflexionan, analizan, juzgan y determinan con el sufragio. En Quintana Roo se ha formado una voluntad democrática inconforme que no acepta la penosa realidad y compara el pasado.
Se aprecia el dramático contraste entre los diputados que recibieron las prebendas y cómo se ha perdido el dinero, extraviado, mal utilizado, sin ningún resultado positivo que permita generar y transmitir algún beneficio a la sociedad. Se cuestiona como hubieron de obtener el triunfo con tan infame ambición.
El pueblo razona y precisa la necesidad de una transformación. La falta de experiencia, formación, capacidad, probidad e irresponsabilidad ha sido tal que las promesas del ayer y del ahora, de lo que no se hizo en el pasado, evidencian fracasos futuros, –seguros-.