La forma de gobierno democrática tiene como máximo principio el respeto a la voluntad soberana, a las preferencias ciudadanas. Ello plantea la idea de un sistema de gobierno en el cual quienes funjan como gobernantes aceptan las obligaciones de tener que rendir cuentas, de someterse a las leyes y hacer cumplir la voluntad de lo que la mayoría desea.
La vida política en el municipio capitalino Othón P. Blanco se desenvolvió en diversas etapas históricas, con la capital ícono de Quintana Roo –la ciudad de Chetumal como cabecera– se configuraron en el camino alcaldes emanados de las filas tricolores.
Este fin del mes patrio se dio paso a la transición política en esta tierra sureña tras el triunfo en las urnas enarbolando la bandera de la alternancia, Luis Torres Llanes, como presidente municipal othonense, quien tomó la protesta de ley con otros signos y colores.
Todas esos tramos de la vida del municipio capitalino están fundidos con la historia que convirtieron a Luis Torres Llanes, en el hombre de su época pues no pocas veces es la misma historia cuando algún otro agita las entrañas del sureño municipio othonense, la que permitió el cambio democrático para elegir al hombre capaz de moldear la política para el bien común con la esperanza y anhelo que va a hacerlo con conciencia y sin vacilaciones.
Torres Llanes es un hombre que ha atesorado voluntad de servicio durante su existencia en la política, con voz valiente y pensamiento libre para hacer lo mejor por su municipio en su tiempo y en la posteridad. Ahí está su consagración como alcalde othonense, con la iniciación de su obra para el presente en el que actuará de forma positiva y conveniente, y para el futuro en el que sería recordado eficazmente.
Con la esperanza de los othonpblanquenses que Luis Torres cumplirá como alcalde y como miembro del colectivo con el deber histórico de estabilizar la obra política que encauzará al municipio capitalino por el buen sendero después de las sórdidas actuaciones que precedieron, -salvo honrosas excepciones-, logrando con ello el desarrollo y capacidad de tener que enfrentarse y sobreponerse a las frustraciones, envidias, traiciones, y en general a las disputas de tan laboriosa tarea.
Esperanzadores cambios
Así Luis Torres junto con la visión política del ahora Gobernador Constitucional de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, sobresalió con el triunfo en las urnas por mucho, fue una voluntad de transformación social y política que no dejó llevarse por la ideología que prevaleció en el pasado, sino que antes bien se desligó de su primigenia política para que el pueblo mismo lo eligiera con identificación y esperanza, sin descuidar ni confundirse en la responsabilidad para ser los artífices del cambio.
Incluso con vehemencia esperanzadora en el presenta y en la posteridad con el nuevo Gobernador y alcalde othonense, fue una sucesión exitosa para la democracia, con ello lo positivo fundamental de los ciudadanos othonenses, quienes en el momento oportuno sostuvieron el cambio con unidad y firmeza.
Que la historia y sus hombres sean muestra que señale el cómo pasar la página de esa amarga era que denostó el futuro y empujó a hacer las cosas más difíciles.
Hay ahora un régimen distinto instaurado que ha aceptado sus obligaciones, que quiere rendir cuentas, respetar el orden constitucional, y que ha sostenido la necesidad de escuchar la voluntad de lo que el pueblo quintanarroense verdaderamente quiere.
Hoy hay un pueblo que supo elegir con el sufragio cuando ya no puedieron contener el descontento, ni sostener las posturas en las cuales algunos se apoyaron para tratar de conseguir adeptos. Hoy hay un pueblo que cada día manifiesta su profundo rechazo a lo que ha desmejorado su calidad de vida.
Sólo las condiciones impuestas por el pueblo soberano podrán conquistar el cambio. El inicio de octubre mes histórico y de la celebración de aniversario del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo es la mejor oportunidad para demostrar el urgente deseo que tiene la ciudadanía quintanarroense de encontrar un mejor destino. Esas serán las verdaderas condiciones que imperarán en los días por venir.