Chetumal, 22 de octubre
Javier Chávez
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Hace unos minutos escuché en el noticiero de Gonzalo Hermosillo que robaron en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y los delincuentes despojaron al Padre Jorge Bernal Vargas (fue Obispo de la Prelatura de Chetumal) de 17 mil pesos.
El Padre Jorge Bernal es un hombre de edad muy avanzada y se llevó el susto de su vida. Y vale precisar que su Iglesia se encuentra en el primer cuadro de la capital del estado, Chetumal, frente al Parque de los Caimanes y donde la vigilancia debe estar garantizada.
Al paso que vamos, no me sorprendería que las instalaciones del C4 sean asaltadas, o las instalaciones de la Secretaría Estatal Seguridad Pública. O el mismo Palacio de Gobierno.
Somos víctimas de la extrema ineptitud de mandos como el encargado del despacho en Seguridad Pública, Juan Pedro Mercader Rodríguez, quien ha sido devorado por los tiburones de la corporación que sacan provecho de su ingenuidad y falta de tablas.
Porque si Juan Pedro fuese titular de Seguridad Pública en El Vaticano, con una mano en la cintura le roban las pantuflas y ropa interior al Santo Papa.
Ya lo dijo con corrosivas palabras el empresario Alejandro Martí, quien lacerado en toda el alma por el asesinato de su hijo Fernando se dirigió así el 21 de agosto de 2008 a los altos mandos de seguridad en nuestro país:
«Señores, si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo, si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando las oficinas de gobierno, no sigan recibiendo un sueldo por no hacer nada, que esto también es corrupción».
Justo a la medida el traje, ¿verdad Juan Pedro?
