Golpe de Mazo
Novedades Chetumal
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Derrotado en la batalla por la gubernatura donde su partido solo supo de triunfos desde 1975, el priista Mauricio Góngora Escalante abandonó el camastro de hospital para tener la osadía de reclamar el liderazgo del PRI quintanarroense, escoltado por ex alcaldes que representan lo peor de este partido al que dieron su empujoncito al abismo: Fredy Marrufo Martín (Cozumel), Agapito Magaña Sánchez (Isla Mujeres) y Gabriel Carballo Tadeo (Felipe Carrillo Puerto).
Estos perfectos perdedores para confabularse se reunieron en un selecto hotel de la Riviera Maya –¿dónde más, tomando en cuenta sus aires de grandeza? –, suscribiendo un pacto para apoderarse de un maltrecho PRI que pide a gritos ser rescatado de sus implacables verdugos.
La inaudita candidatura de Góngora Escalante la presentarán estos priistas insaciables a su líder nacional Enrique Reza, quien este viernes estará en Cancún para reunirse con toda la militancia del estado, incluidos líderes y consejeros políticos. Pero el madruguete lo pretende dar Mauricio Góngora con un pequeño grupo de impulsores de su candidatura, quienes en todo caso deben ser sentados en el banquillo de los acusados por sus terribles resultados como alcaldes que los despojan de autoridad moral para proponer al salvador del atropellado PRI.
Ochoa Reza no es un inocente, ya que debe tener en sus manos el expediente de las andanzas de estos malos priistas que provocaron la mayor catástrofe del partido en la historia de Quintana Roo, equivalente a la caída de un meteorito.
El dirigente estatal del PRI, Raymundo King de la Rosa, es en este escenario de desolación para su partido un estorbo, de ahí que sea un paso obligado su relevo para permitirle al PRI que cuente con un liderazgo efectivo para hacer el recuento de daños y enfrentar el desafío electoral más inmediato: los comicios federales de 2018 en los que estarán en juego varias posiciones vitales, incluidas cuatro diputaciones y dos senadurías para la fórmula ganadora.
Pero el PRI tiene que resurgir de sus cenizas para ser un partido de oposición en Quintana Roo, con nuevos mandos ajenos al desprestigio de figuras como el ex alcalde de Solidaridad, Mauricio Góngora Escalante.
El dirigente nacional del priismo tendrá que cerrar el paso a los culpables de la derrota de su partido en un estado donde el PRI era ampliamente dominante, y que por una suma de excesos y golpes autoritarios en las cumbres de la arrogancia se ganó el desprecio de los electores en las urnas.