Anwar Moguel
Viviendo lo que pueden ser sus últimos momentos en la presidencia del Tribunal Electoral de Quintana Roo, el magistrado presidente, Víctor Vivas Vivas, sigue dando cátedra de como perder el tiempo en el organismo judicial que, a pesar de la millonada que le cuesta al erario, en nada retribuye a la sociedad cuando no son años electorales.
Sí, todos sabemos que al flamante magistrado no se le ocurre nada que hacer para aportar al fortalecimiento democrático, pero al menos debe guardar las formas y disimular un poco esa ociosidad que ya lo ha llevado a protagonizar sonoros escándalos.
Y es que apenas empezando el año se balconeó solito al postear en su muro de Facebook una fotografía realizando un paseo en bicicleta acompañado de su “camarada” y secretario particular, Roberto Agundis, ¡en pleno día hábil!
Ahora, nuevamente la red social delata su intrascendencia como funcionario al exhibir, como un acto digno de presumir ante la sociedad, que el Teqroo fue el organizador de un sorteo de un cuadrangular de futbol con motivo del día del padre. Parece que también fungirán como árbitros los magistrados o funcionarios del Tribunal. Está en lo suyo, en pleno recreo.
Allí aparece orondo el frívolo Víctor, que cobra un salario nada despreciable de 59 mil pesos más jugosas prestaciones y algunos “extras” que el pleno del Tribunal puede asignarse a discreción, si les sobra presupuesto, posando para la foto.
Es inaceptable para una sociedad el derroche en este Tribunal inoperante, que solo sirve –y muy poco- durante los procesos electorales locales que se celebran cada tres años. Tan solo en el 2014, año no electoral, se gastaron un presupuesto de 22 millones 686 mil pesos. Del 2015 no hay datos en su portal, lo que violenta la Ley de Transparencia.
A pesar de que en sus “informes” maquillados Vivas Vivas presumió una “alta eficiencia” del Teqroo, en los hechos sus decisiones fueron bateadas una y otra vez por el Tribunal Federal por la parcialidad con la que actuaron bajo el mando del cozumeleño.
Por esa razón, los ciudadanos deben exigir una revisión de la forma que operan estos organismos que, en realidad, solo tienen trabajo por unos cuantos meses durante los procesos electorales, sin embargo las leyes actuales les permiten permanecer en las magistraturas durante los larguísimos recesos electorales cobrando sueldos de ensueño sin dar golpe.
Son casi 23 millones de pesos –o más – del erario que se invierten en mantener a unos zánganos sin quehacer, y que sus actividades más relevantes son, por lo visto, paseos en bici y juegos de futbol.
Fuente: PoliticaQR Fotos: Facebook
