
La eliminación del actor Roberto Palazuelos de la competencia por la gubernatura consolida en algunos círculos la certeza de que habría llegado muy lejos “El Diamante Negro” de Tulum, derrotando a la favorita Mara Lezama en cuyo entorno comenzaba a aflorar la inquietud porque tendrían que enfrentar a un fenómeno tan o más complicado que Greg Sánchez, enviado a prisión en plena campaña de 2010 para impedir la derrota del priista Roberto Borge Angulo.
En la Cumbre Mundial de Comunicación Política –efectuada en Monterrey en septiembre de 2021– acudí a la conferencia de Laura Castellanos, una periodista venezolana de CNN y estratega de comunicación que nos mostró el término “emocracia”, resaltando la emoción como factor para inclinarnos por equis o ye candidato, dejando al lado factores formales como preparación o antecedentes curriculares.
La “emocracia” puede explicar el triunfo de Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador en las guerras presidenciales de 2000 y 2018, porque hay un factor de seducción de los candidatos que se combina con el hartazgo y el desprecio. Sin ir más lejos, aquí tenemos el factor Carlos Joaquín, quien conquistó el trono mayor en 2016 alentado por el rechazo a Roberto Borge, cuya odiada figura pesó más que el candidato priista Mauricio Góngora Escalante.
El votante es feligrés o ateo sin término medio en estas circunstancias, de ahí que Roberto Palazuelos haya sido encumbrado como el competidor que no entraba en la órbita de los intereses creados defendidos por el círculo de políticos tradicionales, quienes tienen un hilo común que los congrega en centros políticos y empresariales de poder.
“El Diamante Negro” era el factor disruptivo en esta fiesta selecta, capaz de desestabilizar el tablero donde mantienen a Mara Lezama sin adversarios amenazantes, aunque tendremos que vigilar la evolución de sus oponentes para hacer pronósticos con menor margen de error.
La “emocracia” galopa en esta época de redes sociales encumbrando a personajes repentinos como un Roberto Palazuelos descarrilado como el Tren Maya cuando estaba dando alcance a Mara Lezama en las encuestas, lo que explica la perra ofensiva contra el actor cuya popularidad seguía en aumento como la gasolina.
Palazuelos provoca una emoción en un grueso sector del electorado femenino y masculino porque es el chico malo desprendido de una telenovela que llegó a dar un escarmiento a la clase política, sacando a la calle a los nuevos electores que nunca en su vida han comprado un periódico de papel o han visto un noticiero en la televisión, atrapados en la pantalla del celular que les derrama chismes y relevaciones al instante, muchas sin rigor periodístico.
Mencionen a Arturo Contreras y nadie sabe que él es Secretario de Gobierno, pero están al tanto del último video de Roberto Palazuelos y les encanta su fanfarronería y que sea ajeno al molde acartonado y sobreactuado de los políticos tradicionales que cuidan cada gesto y cada expresión por escrito, aunque el cinismo unifique a todos.
Claro que Palazuelos podía derrotar a Mara Lezama, pero necesitaba una estrategia para ir ganando cada asalto por puntos o por nocaut, consolidando una imagen confiable sin desinflar esa arrogancia indomable que ha sido lo más aceptado y hasta aclamado por tantos quintanarroenses, incluyendo a los devotos del Presidente Andrés Manuel.
Y ahora, como Saúl “El Canelo” Álvarez, Mara Lezama puede aguardar sin sobresaltos la batalla en puerta, pero quizá tenga un adversario que la haga sudar y la coloque contra las cuerdas. Ya lo veremos con el avance de las inminentes campañas por el trono caribeño.