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El fin del Panal

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Creado en 2005 por la ex poderosa lideresa  vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo, el Partido Nueva Alianza está más debilitado que nunca en el Estado, donde sus días de ocupar posiciones de privilegio vendiendo su amor al PRI podrían estar por acabarse.

El Panal ya no tiene nada que ofrecer. Su fuerza radicaba en que gracias a la estructura del SNTE podía vender caros sus servicios como mercenarios político-electorales según su conveniencia, pues lo mismo se aliaron con el PRI, el PAN o el PRD en distintos Estados, cosechando en el proceso enormes dividendos para los líderes partidistas y sindicales.

manuel tza y  monica arriolaConcebido por la ex dirigente caída en desgracia con el propósito de convertir al partido en el brazo político del sindicato, pero también como un medio de presión para obtener puestos y posiciones para su imperio personal, Nueva Alianza nutrió sus líneas y ganó adeptos a través del gremio magisterial, quienes en muchos casos, por congraciarse con sus dirigentes o por conseguir favores personales, se sumaban al trabajo partidista. Otros eran prácticamente forzados a participar en las acciones del partido, como los secretarios delegacionales de la organización, a quienes si se negaban a colaborar les cerraban las puertas del SNTE y los dejaban sin ningún tipo de apoyos.

Pero esos tiempos se acabaron, porque a raíz de la aprobación de la Reforma Educativa el SNTE se convirtió en una caricatura, cuya capacidad de negociar y presionar políticamente quedó reducida a su mínima expresión.

En Quintana Roo, desde el conflicto magisterial de 2013, el sindicato perdió el control de sus agremiados, y aunque se han esforzado en reconquistarlos, lo cierto es que los profesores continúan desencantados, y más ahora que todos los procesos que antes controlaban los líderes sindicales –asignación de plazas, permutas, reacomodos– les han sido arrebatados.

Sin ese control, el sindicato no tiene manera de presionar a sus miles de agremiados para trabajar para el partido, mucho menos de garantizar el apoyo para un determinado candidato de los casi 20 mil trabajadores de la educación que lo integran.

Para colmo, los representantes populares que han colocado en el Congreso local y en los cabildos gracias a la vía plurinominal o a las alianzas con el PRI, han tenido en lo general un pésimo desempeño, causando no sólo rechazo en los ciudadanos sino hasta en los propios maestros.

En esa categoría entran los ex diputados Manuel Tzab Castro y Alexander Zetina Aguiluz, y el actual diputado Emilio Jiménez Ancona, todos ellos ex dirigentes de la sección 25 que han pasado por el Congreso con puras penas y nada de gloria.

Sin nada que ofrecer, el Panal está dirigiéndose a su fin.

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