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El testimonio de Elvira

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Novedades Chetumal
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La rutina de nuestro oficio nos lanza a la exploración de escenarios magnéticos en la búsqueda de información de máximo interés para las mayorías, pero uno es ciego ante lo que se manifiesta en casa.

Elvira es mi mujer y madre de mi hijo, y la semana pasada recibió la décima quimioterapia para culminar esa etapa e iniciar otra fase del tratamiento para su cáncer de seno, increíblemente no detectado por dos expertos en Chetumal, un tal doctor León Ureña de la Clínica Carranza y la Unidad de Especialidad Médica de Detección y Diagnóstico de Cáncer de Mama (Uneme Dedicam).

Tan tremendas limitaciones fueron detectadas por especialistas de una clínica privada de Mérida donde el doble error provocó singular extrañeza, ya que les dio la impresión de que en Chetumal se mueven a sus anchas los brujos de Catemaco con bata blanca y estetoscopio, usurpando posiciones de especialistas tan confiables.

Elvira emprendió esta tarea de salvación de su propia vida, concentrándose en las dolorosas etapas de sus quimioterapias que debilitan cuerpos y economías. Ella soportó milagrosamente este desgastante proceso que a muchos derrumba, y me ha sorprendido su fortaleza para mantenerse a flote, cantando victoria este domingo en la iglesia cristiana de cada domingo, a donde acude toda su familia y amistades.

Ella pasó al frente a dar su testimonio para agradecer a Dios, manifestando el milagro de los menores efectos en su cuerpo, ya que otras de su círculo de amistades han sido doblegadas en la primera quimioterapia, con efectos tan devastadores que las mantienen en cama con efectos tan insoportables.

Porque Elvira soportó a pie firme, evitando efectos progresivos de este tratamiento que impide la localización de la vena donde se administra la infusión, evitando incluso la transfusión que no pueden evitar las pacientes en la recta final.

Madre de dos hijos, mi Elvira es ejemplo de tenacidad de cuerpo y alma, ya que ha seguido adelante para enfrentar este desafío que pudo evitarse, ya que dos valoraciones de Chetumal sumaron el 100 por ciento de equivocaciones en su caso.

Ese milagro viene acompañado por la graduación de nuestro hijo Javier Elías, quien culmina su educación primaria y  tendrá a su madre en primera fila, gracias a Dios.

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