Chetumal, 29 de agosto
Ángel Solís
Mientras los diputados del Verde Ecologista han impulsado exitosamente la ley para prohibir animales en los circos, han sido incapaces de detectar una explotación que ocurre a la vista de todos en Cozumel, en cuyo malecón una decena de caballos son utilizados para arrastrar calesas a pleno sol, soportando una carga excesiva y sin tregua.
Tiro por viaje, en este destino isleño de clase mundial se comete un atentado contra al menos una docena de caballos diariamente.
El pasado cinco de agosto un equino se desplomó mientras jalaba una calesa en Cozumel con tres turistas extranjeros. Este suceso debió llamar la atención del dirigente estatal y diputado local del PVEM, Remberto Estrada Barba, pero también debió inquietar al alcalde priista Fredy Marrufo Martín, quien aún mantiene vivo su sueño de ser candidato a la gubernatura, aunque sus posibilidades sean remotas a estas alturas.
Pero el desmayo del caballo en Cozumel debió llamar la atención de los políticos del Verde y del PRI, por el hecho de ser aliados electorales. Y no tienen que andar rastreando en circos y plazas de toros para detectar el abuso contra los animales. Lo tienen ante sus ojos, si es que toman en serio esta bandera.
La isla de Cozumel, es el destino número uno en arribo de turistas via cruceros al país, del cual recibe millones de visitantes del todo el mundo al año, pero es imperdonable el abuso hacia estos animales.
Diariamente al menos una docena de caballos son explotados en la total intemperie a la entrada del muelle de esa isla, pese a las condiciones climáticas que prevalecen actualmente por las altas temperaturas. Estos equinos son utilizados para arrastrar una “calesa” y al interior de ella desde dos y hasta cinco pasajeros.
Es aberrante que el alcalde cozumeleño Fredy Marrufo Martin, permita este tipo de atropellos hacia los animales ¿Acaso la ley de protección y bienestar animal del estado de Quintana Roo no aplica para ese municipio?
A quien protege Fredy, o que intereses o negocios tiene en esa empresa de calesas para que se siga permitiendo esta atrocidad en pleno siglo XXI
Lo invito a que recorra su isla descalzo en el pleno de hasta 32 o 34 grados de temperatura por todo el pavimiento, de la misma manera que obligan a estos equinos a hacerlo para que se de cuenta el abuso hacia estos animales, los cuales por su naturaleza no están aptos para recorrer distancias en pavimentos de cemento o asfalto.
Señor Fredy Marrufo, Cozumel no es la antigua Roma, donde la demostración de poder político era la exhibición de sometimiento sobre otros pueblos y sobre las bestias.
El maltrato animal en Cozumel debe acabar.
