Hambre de nuevas candidaturas

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Novedades Chetumal
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Quienes ocupan posiciones de poder en el equipo del gobernador Carlos Joaquín González y las presidencias municipales deben concentrarse en las complejas tareas que tienen a la vista y que son ineludibles, ya que la afectación ocurrió hasta en las tuberías de los inmuebles públicos. 

El Secretario de Gobierno, Francisco López Mena, debe predicar con el ejemplo para mantenerse fijo en su posición y sin llevar agua a su molino, ejemplo que debe seguir el ex alcalde perredista de Cancún y titular de Desarrollo Social e Indígena (Sedesi), Julián Ricalde Magaña. 

Es difícil que panistas, perredistas y joaquinistas permanezcan anclados en sus pupitres, ya que los comicios federales de 2018 ya son olfateados en los solares caribeños, ofreciendo cuatro diputaciones federales y tres senadurías –dos en fórmula y una de primera minoría–, platillos irresistibles para los políticos que van de flor en flor por su naturaleza. 

Lo mismo debe ocurrir en el municipio capitalino de Othón P. Blanco, donde se instaló el ex priista Luis Torres Llanes, quien fue acompañado por la coalición PAN-PRD, aunque su mayor motor fue el candidato mayor Carlos Joaquín González. 

Luis Torres Llanes tiene tareas complicadísimas en todos los peldaños, ya que el Ayuntamiento fue dejado en condiciones deplorables por sucesivos alcaldes que aumentaron la agresividad de los zarpazos, hasta dañar órganos vitales de este municipio que por largo tiempo fue una posición honorable y con tremenda capacidad de reacción. 

Nuestro alcalde capitalino debe permanecer en su posición en su primer período de dos años, ya que en este tiempo tan corto debe rescatar la nave tan dañada, atendiendo los reclamos generalizados de ciudadanos que por varios años fueron ignorados, lo que explica en gran parte el nocaut priista en una posición que siempre había estado en su poder. 

Torres Llanes no debe dejar a medias una tarea que reclama su presencia, ya que un interinato en estas condiciones tendría efectos devastadores para una coalición que triunfó con oleadas de aval ciudadano, y cuyo alcalde puede tener la mesa puesta para la reelección, si hace un trabajo a la altura de las exigencias de los othonenses que todo lo vigilan, no sólo en redes sociales.