
Las encuestas fluyen en las redes sociales con una tendencia inamovible: Mara Lezama Espinosa como candidata de Morena y acompañantes a la gubernatura se mantiene en el liderato de la competencia en el Caribe. La persigue Laura Fernández Piña, de la coalición conservada por PRD y PAN que en 2016 dio el campanazo destronando al invicto PRI, con Carlos Joaquín González como candidato externo ahuyentado de ese partido Tricolor por el visceral gobernador Roberto Borge Angulo.
Cierto, hay encuestas elaboradas al gusto del cliente, pero son retorcidas y acomodadas para presentarlo como segundo lugar, acortando la enorme distancia que canta José Alfredo Jiménez por la eternidad.
Mara Lezama partió a la guerra impulsada por el aliado más valioso del país: el Presidente Andrés Manuel López Obrador, inventor del partido Morena que en el primer parpadeo conquistó la Presidencia con la contundencia de esta personalidad idolatrada por millones y despreciada por miles, pero que siempre genera una reacción en las multitudes, como el América.
La alcaldesa de Cancún con licencia ha cuidado su ventaja y ha sido fortalecida por candidatos a diputados con brillo propio, como Silvia Dzul, Estefanía Mercado y Mildred Ávila Vera, candidatas de los distritos 9, 10 y cinco.
Mención especial merece la suma de una aliada tan fuerte como lo es Marybel Villegas Canché, senadora con licencia y candidata número uno a diputada plurinominal, quien con su capital político ha llegado a aportar para fortalecer al equipo diverso.
Laura Fernández Piña compite muy en serio y permanece en el subliderato, pero tendrá que replantear su estrategia para priorizar las propuestas centrales que deben incluir el tema de la fallida y costosa estrategia contra la violencia desbordada que ha profanado áreas turísticas inimaginables hace seis años, como el Blue Parrot de Playa del Carmen y espacios exclusivos del Grupo Xcaret en estos días.
En el mercadeo de propuestas la tuya es la que debe captar la atención, penetrando en el ánimo de los electores. Y lo peor para Laura: PAN y PRD no le ayudan con los candidatos que enviaron al sacrificio en el tablero distrital, porque la neopanista exmorena Reyna Durán Ovando nada tiene que hacer ante Mildred Ávila, exdiputada federal.
En el otro frente el senador José Luis Pech Várguez se ha empantanado en la tercera posición con su estrategia que se agota en atacar visceralmente a Mara Lezama, pero ya como candidato de Movimiento Ciudadano.
Persistir en estos ataques sabe a berrinche, porque aceptó competir contra Mara y guardó silencio en ese episodio cuyo desenlace inconformó al competidor que cuenta con la trayectoria más completa en la alta burocracia, siempre en los pasillos de gobiernos priistas a partir del gigantesco y honestísimo Miguel Borge Martín.
Pech habla más de Mara que de él, desperdiciando la oportunidad de mostrar sus atributos al público exigente.
Leslie Hendricks Rubio ha sido una grata revelación como candidata del PRI porque ha desarrollado una campaña limpia, de propuestas y con nobles mensajes, sin que deje pasar la oportunidad de lanzar los golpes necesarios que incomodan a la 4T, porque se ha atrevido a tocar al Presidente Andrés Manuel.
La hija del exgobernador Joaquín Hendricks y María Rubio ha sido fortalecida por candidatos a diputados como Deborah Angulo Villanueva (distrito 15) y Javier Zetina González (Javicho), en Cozumel.
Por último, y en última posición, Nivardo Mena Villanueva hace su luchita en el partido local Movimiento Auténtico Social (MAS) y se ha perdido en la espesura de una campaña que reclama visión estratégica para ir escalando en la intención del voto.