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Orillados a convertirse en “hormigas” de la fayuca

Subteniente López, 11 de agosto

El poblado de Subteniente López es una comunidad olvidada por sus autoridades de Gobierno, sin oportunidades laborales y con una economía en severo retroceso, situación por la que la mayor parte de sus más de dos mil habitantes se han visto en la necesidad de depender del contrabando “hormiga” para poder subsistir, el cual consiste en trabajar para los grandes fayuqueros y para turistas pasando de manera individual mercancía de la Zona Libre de Belice a México, a cambio de unos cuantos pesos.

Abandonados a su suerte por los tres niveles de Gobierno, a los pobladores de Subteniente López no les ha quedado de otra que convertirse en “hormigas”, también conocidos como “pasadores”, los cuales, a cambio de algunos pesos, diariamente se encargan de pasar, de manera individual, bolsas de mercancía de importación en la aduana de “Subteniente López”.

Reflejo de ello es que el número de “hormigas” que diariamente se establecen en el puente fronterizo México – Belice “Subteniente López”, ya supera los mil 500.

hormigas2Si usted piensa que toda esa gente aglomerada en el viejo puente internacional, llenando bolsas de plástico con mercancía, son los reales compradores de esas importaciones en la Zona Libre, se equivoca, porque en realidad lo único que harán es pasar por la aduana con la parte de mercancía que les toque introducir al país, y luego, ya en el poblado de Subteniente López, la entregan al verdadero dueño.

Como lo que hacen es acarrear por partes un cargamento de mercancía de importación que supera la franquicia personal, de allí les viene el nombre de “hormigas”.

La gran parte de los “hormigas” son habitantes del poblado Subteniente López, pero también hay gente de otras localidades, como Bacalar, Huay-Pix, Xul-Ha, Juan Sarabia, y hasta de la misma ciudad de Chetumal, que son personas que, ante la falta de oportunidades laborales que predomina en la zona donde viven, han encontrado en el contrabando “hormiga” una opción para subsistir.

Esto ha ocasionado que ahora sea cotidiano ver saturado el puente “Subteniente López” de personas embolsando mercancía para introducirla a México de manera individual a pie, habiendo incluso familias enteras, contando hasta los niños, que se dedican a rentarse como “pasadores” de importaciones para los fayuqueros y visitantes.

En lo que respecta al poblado Subteniente López, existen más de 2 mil habitantes, la mayoría de los cuales, ante el severo daño económico que les causó la apertura del puente fronterizo México-Belice “Chactemal”, han hecho del trabajo de “hormiga” su nuevo estilo de vida.

Además, algunos locales que tuvieron que cerrar como consecuencia de la caída de sus ventas, y otros más que aún se mantienen funcionando a duras penas, se han visto en la necesidad de convertirse en centros de acopio y bodegas de mercancía importada, donde se guardan todos los artículos pasados por los “hormigas” y se juntan para los grandes fayuqueros, así como también se guardan compras que los turistas hacen cuando llegan en temporada vacacional.

Los vendedores ambulantes también se dedicaron al contrabando “hormiga”, pues al no haber turismo que les compre, tuvieron que buscar otras alternativas para subsistir.

hormigas3Lo mismo ha pasado con los cientos de familias cuyos miembros perdieron su trabajo, como consecuencia del corte de personal o del impresionante cierre de negocios que se ha estado padeciendo en la comunidad desde hace poco más de un año.

Las personas que se dedican a la labor de “pasadores” u “hormigas”, ganan entre 30 y 60 pesos por cada cruce que hacen, y dependiendo de la mercancía que lleven, será el pago correspondiente.

El trabajo de “hormiga” o “pasador” no es considerado un ilícito, pues la función de quienes se dedican a esto es únicamente pasar bolsas de mercancía de importación por la aduana de Subteniente López, haciendo valer la franquicia personal para introducir mercancías que todo mexicano tiene.

Ya después de haber pasado por la aduana, la mercancía traída de la Zona Libre de Belice es acopiada en Subteniente López por el comprador que rentó los servicios del “hormiga”, lo cual hizo con el fin de burlar las limitaciones que pone la franquicia de importación, que es de 500 dólares por persona, para los mexicanos que ingresen al país por vía terrestre.

Como se recordará, la apertura del nuevo puente fronterizo “Chactemal”, desvió el flujo del turismo que cruzaba por Subteniente López para dirigirse a la Zona Libre de Belice, lo cual sentenció la economía de la comunidad.

Antes de que entrara en funciones el acceso “Chactemal”, la comunidad de Subteniente López se mantenía estable económicamente, pues gracias al turismo que diariamente pasaba con rumbo a la Zona Libre de Belice, existían suficientes oportunidades laborales en la región.

Al momento de inaugurarse el nuevo puente, en mayo del 2013, esta comunidad fronteriza se enfrentó con la debacle económica, pues se cerró de manera parcial el antiguo puente “Subteniente López”, lo que ocasionó que la mayor parte del turismo que antes pasaba por la comunidad dejara de hacerlo y se desviara hacia el puente “Chactemal”, mismo que llega a la Zona Libre de Belice sin atravesar el poblado.
A raíz de ello, la comunidad empezó a enfrentarse a una terrible debacle económica, la cual, con el pasar del tiempo, se agravó a condiciones críticas, y a la fecha continua empeorando, sin que los tres niveles de Gobierno hagan algo por evitarlo.

Producto de este severo retroceso en su economía, han tenido que cerrar, en el lapso de un año, más del 50 por ciento de los alrededor de 100 negocios que en el poblado se asentaban, lo que ha ocasionado un preocupante índice de desempleo en la comunidad.

Pero la apertura del nuevo puente no ha sido el único factor que ha orillado a los habitantes del poblado de “Subteniente López” a tener que convertirse en “hormigas”, pues desde que entró en operaciones el puente “Chactemal”, y pese a las desesperadas insistencias de los habitantes del poblado, autoridades de los tres niveles de Gobierno se han mantenido de “oídos sordos”, bajo el argumento de “estar haciendo todo lo posible por ayudarles”, pero sin ofrecer resultado favorable alguno a la fecha.

De esta manera, el poblado de Subteniente López se ha convertido en una comunidad olvidada por sus autoridades de Gobierno, sin oportunidades laborales y con una economía en severo retroceso, situación que lo ha obligado a volverse un pueblo de “hormigas”, en donde la mayor parte de sus habitantes, contando familias enteras que han perdido su trabajo, no les ha quedado de otra que trabajar para los grandes fayuqueros.

Fuente: Por Esto

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