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Una capital sin museos

Golpe de Mazo

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Es una vergüenza que en plena temporada vacacional la capital de Quintana Roo no cuente con un solo recinto cultural disponible para los escasos visitantes que recalan en Chetumal, pues los tres museos con los que debemos contar están cerrados al público por una u otra razón.

El más importante, el Museo de la Cultura Maya, está cerrado por una supuesta remodelación que lo ha dejado fuera de circulación, arrebatando a la capital uno de sus atractivos, pese al declive de este sitio.

El Museo de la Ciudad está en completo abandono, invadido por las telarañas en las instalaciones del Centro Cultural de las Bellas Artes, donde fue fundada la escuela socialista Belisario Domínguez.

El tercer recinto es el nuevo Museo del Faro que abriría sus puertas desde diciembre del año pasado, pero como es costumbre sigue siendo una deuda pendiente de los responsables de la Cultura en el estado que reaccionan en cámara lenta, desatando añoranzas por el Instituto Quintanarroense de la Cultura (IQC), altamente efectivo con escasa burocracia.

Imaginen la enorme decepción de los pocos turistas que llegan a la ciudad y que se interesan por conocer un poco de la cultura maya; que leyeron en internet acerca del “impresionante” museo de esta capital que en su momento, allá por la década de los 90, fue catalogado como el mejor de Latinoamérica en su tipo, y que se encuentra con las rejas cerradas sin mayor explicación.

Porque es absurdo que la capital de un estado que se jacta de ser el principal destino turístico del país y el mayor generador de divisas no cuente con un solo espacio cultural de interés para ofrecer. Injustificable.

El sector cultural en Chetumal –y en casi todo el estado– está en terapia intensiva, y la responsable directa de su fortalecimiento y promoción es Lilián Villanueva Chan, quien ha brillado por su ausencia desde que la extinta Secretaría de Cultura se fusionó con la Secretaría de Educación, convirtiéndose en una subsecretaría anónima.

En teoría, Lilián Villanueva seguiría al mando del sector cultural bajo la autoridad del titular de Educación, José Alberto Alonso Ovando, pero en los hechos la joven funcionaria dejó tirada la chamba esperando que su jefe salga al quite y resuelva los problemas.

Mientras son peras o manzanas, los chetumaleños no cuentan hoy en día con espacios culturales dignos, con la única excepción del recién abierto Centro Cultural Municipal, proyecto  netamente por el Ayuntamiento capitalino.

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