La capital del estado enfrenta un drama nunca antes padecido, con cientos de burócratas que han sido condenados a la hoguera del desempleo por el adelgazamiento del organigrama burocrático que ya no puede ser soportado por el presupuesto, a causa de una deuda asfixiante que ha comprimido el margen de maniobra gubernamental.
Las señales de alerta fueron llegando sin pausa, hasta plantear en estos momentos una realidad de pesadilla para esos trabajadores que no tienen opciones de empleo equivalentes a la fuente de sustento arrebatada.
Pero hay otros que no han sido despedidos pero que ahora ganan mucho menos, al no recibir sus compensaciones que eran la parte más jugosa de su sueldo.
Trabajar en el gobierno ha sido un proyecto de vida para miles en Chetumal, donde el sector privado ofrece por lo regular opciones miserables. En tal escenario se tiene la opción de despachar gasolina, ruletero o cajero en las tiendas de autoservicio que hay en cada esquina
Esa eficaz empleada de la biblioteca pública Javier Rojo Gómez ya forma parte del ejército de desempleados –la foto de ella está publicada hoy en el Por Esto de Quintana Roo –, ya que la Secretaría de Cultura fue absorbida por la de Educación. Lo mismo ha ocurrido en otras instituciones que han sido asimiladas por Secretarías, desatando un drama que los políticos se niegan a contemplar.
La cifra de los despedidos en Infovir, Seplader y Cultura no duele a muchos, aunque sean cientos los sacrificados. Y no duele porque los funcionarios de primera línea han salvado el pellejo al ser reubicados, lo que confirma que el político chetumaleño es sumamente egoísta, definido por el lema: «PRI mero yo, y que se pudra el mundo».
Los mandos encargados de despedir a los empleados deben tener algo que es elemental en estos casos: sensibilidad política, ya que muchos de los condenados al desempleo votaron por el PRI en los pasados comicios del 7 de julio, y nadie les advirtió que recibirían por recompensa el peor de los castigos.
Pero eso no es todo, ya que a los egresados de centros de educación superior les aguarda un negro panorama en el sur.
Tumores cancerígenos a salvo en Bacalar
Pero en cambio hay un grupo de burócratas que son tumores cancerígenos, pero que contra toda lógica son reubicados con todos los honores. Me refiero en concreto a Normando Medina Castro y Omar Escalante Muza, quienes fueron impuestos como Secretario General y Tesorero en el Ayuntamiento de Bacalar.
Normando Medina fue un infame titular de la Comisión para la Juventud y el Deporte, mientras Omar Escalante Muza fue Oficial Mayor, señalado como el responsable del escándalo con la entrega de medallas patito a deportistas del sur. Claro que no se vale.
Y Normando Medina y Omar Escalante ocupan dos posiciones que eran legítimamente perseguidas por políticos de Bacalar. De hecho, los bacalarenses soñaron con ser municipio para que su clase política llevase la conducción de esta debutante demarcación sureña.
Con el aterrizaje de estos nefastos chetumaleños podría ser en realidad el municipio Chetumal Bis.
