A Tiro de piedra
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos
Eduardo Galeano
Julián Santiesteban
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La rectoría de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo) deberá ser renovada el próximo 16 de agosto, y la Junta Directiva, órgano decisor de ese proceso, se cambió su presidencia justo para la coyuntura, y aunque este será un rector más nombrado con influencias externas, queda aun pendiente si el que arribe al cargo hará algo por lograr la anhelada autonomía de la que, hasta ahora, es la máxima casa de estudios en la entidad.
Especulaciones hubo muchas, aspiraciones manifiestas y calladas muchas más, pero finalmente fueron cinco los aspirantes que se registraron para contender por la rectoría de la Uqroo, de entre los cuales la Junta Directiva será instruida a cual designar, aunque la normatividad universitaria señale que es este el órgano que determina, luego de un análisis minucioso, quién será el nuevo rector.
Ciertamente, quien sea el responsable administrativo de la Universidad de Quintana Roo tendrá que acompañarse de un equipo que realice amplios trabajos para mejorar el prestigio de la institución, incluyendo los de difusión; además de mejorar la eficiencia terminal, recomponer el ambiente interno y que ello se traduzca en una mejoría tangible en la educación impartida a los estudiantes y tener profesionistas capaces de competir en el ámbito laboral nacional e internacional.
Sin embargo, aunque tradicionalmente en el proceso de renovación de la rectoría no han estado ausentes los conflictos y hasta la guerra sucia entre los aspirantes, y esos mismos fenómenos estuvieron presentes en el actual proceso, aunque sea en menor medida y para favorecer solo a uno de los aspirantes; en esta ocasión la renovación de la rectoría reviste de una importancia muy particular, no sólo por la posibilidad de que un egresado la dirija, sino porque culmina un proceso calificado por propios y extraños de “pesadilla”, con la administración de Elina Coral Castilla.
La renovación de la Uqroo se presenta prácticamente en la recta final de la administración gubernamental estatal, por ello es que el nuevo nombramiento debiera ser signo de una conciliación entre los intereses oficiales y la comunidad universitaria; de una verdadera atención a los anhelos internos de una institución noble, que dota a la entidad de profesionistas que rigen los destinos del Quintana Roo del futuro, que sea signo pues de una administración estatal que, en su etapa final, supo escuchar las demandas de una sociedad joven, que se prepara para seguir desarrollándose, aun cuando el actual sexenio haya concluido.
La otra opción es enviar un administrador más, decidirse por entregar un espacio considerado más político que técnico y continuar con la misma dinámica que se ha tenido hasta ahora. Ya son algunos años que grupos internos buscan la autonomía universitaria, y hay incluso quien la ha planteado indispensable para lograr el pleno desarrollo de esa casa de estudios.
Hay otras posturas que señalan que con designar a un egresado de esa instancia sería suficiente; pero al final, como se ha expresado en este espacio, aunque debiera avanzarse en una modificación normativa que legitime la designación del rector de la máxima casa de estudios de la entidad, el siguiente rectorado, que iniciará a mediados de agosto y concluirá en 2019, deberá está obligado a legitimarse con acciones concretas, reales, con el mejoramiento general de los indicadores y el regreso a la tranquilidad interna; tarea que no será sencilla.
La renovación de la rectoría en la Uqroo tiene la mayor importancia social, pues es en esa institución en que se forman los futuros profesionistas, y de las decisiones tomadas depende en gran parte la calidad que tendrán sus egresados, de ahí que debamos todos estar atentos a lo que ocurre en su interior; pues en menos de tres semanas sabremos el nombre del nuevo rector; los aspirantes son: Ángel Rivero Palomo, Rafael Briceño Chablé, Xavier Gamboa Villafranca, Octavio Chávez Gabaldón y Cruz Virginia Vera Alcázar; todos con posgrado, y todos “aptos” de acuerdo a la determinación de la Junta Directiva, lo único que los distingue es la relación actual con el gobierno.
Así, el tiempo para la renovación ha llegado, que tenga el signo de continuidad o evolución partirá de la designación misma del nuevo rector, en esta ocasión no se hicieron públicos los planes que los cinco aspirantes presentaron, así que hasta la designación la sociedad podrá enterarse si la Universidad de Quintana Roo seguirá siendo el orgullo de sus egresados, y una alternativa de futuro para sus estudiantes, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
La Universidad de Quintana Roo merece como Rector a alguien que ame a su escuela que tenga sensibilidad y conozca del gremio no funcionarios arribistas y trepadores insensibles. Recuerden que hay hombres malos que hacen cosas buenas para después hacer cosas malas impunemente, vean los cargos que han tenido y como viven en la opulencia acostumbrados a vivir del presupuesto coleccionistas de títulos «académicos» motivados no por el conocimiento sino por su ambición de poder. Alguien que respete y sea respetado por el gobernador Roberto Borge y no quien a sus espaldas lo traiciona y se burle de el.
Las Universidades deben ser de académicos, no de prófugos de la Administración pública coleccionistas de diplomas y cursos en el extranjero que solo deslumbra a tontos, ya sufrió alguna vez le UNQROO a un farsante que años se ostento como Doctor, sin tener el grado y muchos años después penosamente lo obtuvo, pero muchos años después, el Rector debe ser un académico o investigador nunca exfuncionarios, los gobiernos dan pésima imagen cuando incrustan a políticos, ello va en contra de la libertad de cátedra y contra la esencia de la academia, por ahí andan funcionarios visitando al Doctor Borge y recorriendo mesas de redacción y solicitando favores a directores de medios para lograr su propósito,, Amparados en diplomas obtenidos a larga distancia. Como hablar de academia y seriedad, cuando en tiempo de trabajo obtienen a distancia diplomas patito ¡Cuidado!