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Novedades Chetumal
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Vaya que patinó muy feo el consejero presidente del Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales de Quintana Roo (Idaipqroo), Orlando Espinosa Rodríguez, en reciente evento efectuado en el vestíbulo del Congreso del Estado para la premiación del concurso de dibujo infantil en el que participaron más de 14 mil 500 niños.
Para empezar, de los 14 mil 500 niños participantes fueron premiados seis. Lo sorprendente es que fueron galardonadas dos niñas que son hijas de una empleada del mismo Idaipqroo, decisión que hizo mucho ruido en el evento porque olió a chanchullo.
Y aunque es loable que hayan sido premiados niños con capacidades diferentes, derrapó el zar caribeño de la protección de datos personales –esto vaya que lo cumple a la perfección– al expresar en su intervención que está muy bien que igual ganen premios los “niños normales”.
Las reacciones de estupor inundaron el vestíbulo, y hasta los personajes que brotaron del genio de nuestro eterno Elio Carmichael temblaron en los murales, ante la grave falta de Orlando Espinosa con su lamentable lenguaje inclusivo.
Mario Rivero, un buen gallo
El ex diputado chetumaleño Mario Rivero Leal se perfila como firme pretendiente a la dirigencia estatal del PAN que ha dejado vacante el desubicado Eduardo Martínez Arcila, cuya conducción de ese partido fue rabiosamente aplaudida por el PRI.
Mario Rivero fue un destacado diputado local del blanquiazul, cuando Manuel Valencia Cardín tuvo las riendas de ese poder de 2005 a 2008, como diputado de Convergencia.
Aunque no es santo de la devoción de muchos panistas, lo cierto es que Mario Rivero tiene esa chispa que lo proyecta como figura incómoda que no se achica ante los desafíos, aunque su estatura engañe a tantos.
Mario Rivero Leal fue candidato a la presidencia municipal capitalina en 2008, pero fue derrotado por Andrés Ruiz Morcillo (PRI), quien en esos tiempos fue cobijado por la maquinaria que desafío en la reciente elección federal del siete de junio.
Quien quede al frente del PAN enfrentará una tarea titánica, por las deplorables condiciones de un partido que ha arrastrado la cobija en los últimos años.
