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Con trampas mortales deja el gobierno cancha de futbol infantil en Chetumal

En nuestro popular parque chetumaleño de la colonia Forjadores los tres órdenes de gobierno participan en una obra muy aplaudida por los vecinos porque tendrán un centro de convivencia supremo con espacios deportivos, pero el costoso remedio resultó peor que la enfermedad porque el trabajo de remodelación quedó inconcluso y dejó a medias la habilitación de una cancha de futbol infantil en cuyos bordes abundan las trampas mortales: varillas erectas, huecos, postes de alumbrado sin colocar y cables eléctricos al descubierto.

Me reportan que el mayor recurso fluye vía la representación federal de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) que tiro por viaje elige mal a las empresas foráneas contratadas para estos trabajos en el sur, porque han sido un fraude que nos endiabla en el malecón de Calderitas, cuyas pésimas obras son la pesadilla del nunca acabar para restauranteros y visitantes, pero quiero detenerme en el parque de la colonia Forjadores donde los fines de semana se instala un tianguis muy concurrido por su amplia oferta a precios accesibles.

Amigos de esta colonia –donde hay un enorme núcleo poblacional de clase media y humilde– me contactaron para plantearme su alta preocupación por el riesgoso estado de la cancha de futbol donde practican y juegan decenas de niños y que ahora es un peligro latente, porque un menor de edad con la inercia puede impactarse contra una varilla y perder el ojo, o quedar fracturado al caer en uno de estos agujeros. El daño puede ser irreversible, con olor a funeraria.

Todos los días en esta cancha han entrenado niños a partir de los cinco hasta los 15 años y antes organizaban torneos por las noches, pero en estas condiciones tan terribles se desafía al destino.

Ayer recorrí este parque y puse especial atención en la cancha de futbol infantil afectada por estas trampas que tienen en ascuas a muchos padres de familia. Tales trampas expuestas son un peligro más inaceptable porque hay una empresa que debe hacerse responsable, pero ante todo el gobierno es el que debe responder por esta obra inconclusa y muy bien pagada. El llamado es para el gobierno municipal, estatal y federal, pero entre ellos deben repartir grados de responsabilidad ineludible.

“Prometieron cambiar el pasto y solo tiraron dos tramos, pero seguramente reportaron que pusieron todo el pasto”, dice un padre de familia dominado por la preocupación.

“Dejaron de trabajar cuando finalizaron las recientes campañas por la gubernatura y de tanto pedirle a la dirección de Deportes del municipio retiraron el escombro que habían dejado al lado de las gradas”. Incluso, retiraron la manta de los costos de la obra y solo dejaron el armazón.

El vecino recuerda que con bombo y platillo la Secretaría estatal de Obras Públicas –cuyo titular es William Conrado Alarcón– dio el banderazo de la obra y les prometieron que dejarían pasto de buena calidad en la cancha de futbol, además de protegerla con mallas e instalar potente alumbrado.

“Pero ahora tan solo pedimos que nos dejen la cancha como estaba, para que nuestros chavos jueguen sin correr riesgos”, implora el padre de familia.

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