Chetumal, 23 de abril
Pese a la apertura de programas sociales que cada año crean las autoridades de los tres niveles de gobierno, el 30% de la población en Quintana Roo, sigue viviendo en condiciones de pobreza extrema, según cifras más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
De acuerdo con la medición de pobreza que hay en Quintana Roo, de un millón 500 mil habitantes, 563 mil personas sufren de hambre y carecen de servicios básicos de primera necesidad, quienes habitan en zonas marginadas y en los municipios de Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Lázaro Cárdenas, Bacalar y Othón P. Blanco.
Estas familias por lo general carecen de educación, acceso a la salud y otros beneficios que otorgan las autoridades de los tres niveles de gobierno, debido a que son programas en los que exigen muchos requisitos que la mayoría desconoce, incluso no tienen actas de nacimiento y/o credencial de elector, aunado a que no saben leer y escribir.
Situación que ha propiciado que gente sin escrúpulos, se aprovechen de ellos para explotarlos y que continúen en la marginación debido a que son analfabetas y desconocen sus derechos, según revelan estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Asimismo, las estadísticas del Consejo Estatal de Población (Coespo), también revelan que un buen número de niñas, cuyas edades no rebasan los 15 años, son obligadas a casarse con personas adultas, bajo el sistema de cultura maya tradicional, en los que un adulto prácticamente compra a una menor con la aportación de animales de corral, triciclos, incluso bebidas embriagantes que son entregados a los padres, para que cedan la custodia de sus infantes.
Esta situación que ha tratado de ocultarse sale a la luz, con los constantes abusos y abortos de que son víctimas las indígenas, que por miedo y no hablar español no han denunciado estos hechos, además de que viven bajo el régimen ancestral en el que la mujer sigue siendo considerada como un objeto que no tiene ni voz ni voto.
Quequi
