Javier Chávez Ataxca
CHETUMAL, Q Roo, 23 de abril
.
El senador Jorge Emilio González Martínez, alias “El Niño Verde”, se coló en la batalla por la gubernatura. Unos le conceden escasas posibilidades; otros lo descartan por no ser genuino quintanarroense, pero recordemos que ya encabezó la fórmula al Senado en 2012 y triunfó sin esfuerzo, aunque el ex gobernador Félix González Canto, número dos en la fórmula, llevó todo el peso de la campaña mientras “El Niño Verde” hizo lo más adecuado: irse de vacaciones.
Si la clase política quintanarroense no cierra filas, el Presidente Enrique Peña Nieto puede decir “adelante mi niño”, llegado el momento, destapando la caja de Pandora para hundir a nuestro estado, porque “el Niño Verde” es un monumento a la frivolidad y la ineptitud, capaz de iniciar una juerga de seis años, chupando la sangre de Quintana Roo como consumada sanguijuela.
Ya que la oposición no existe, porque sus lideres y figuras fueron doblegadas a golpe de amenazas y prostituidas con fajos de billetes, la batalla se dará tan sólo en el PRI, y el gobernador Roberto Borge en la cúspide de su poder tendrá que tejer fino para mantener la unidad en su partido, enviando a la batalla al hombre o mujer que tenga el mayor poder de convocatoria y capacidad a manos llenas, pero sobre todo mucho amor por Quintana Roo.
Es tan sencillo como esto: quien sea candidato o candidata de la coalición PRI-Verde será el próximo inquilino de la Casa de Gobierno. La campaña será simple trámite, a menos que un priista deserte para ser candidato de una tentativa coalición PAN-PRD, soltando pimienta al proceso.
Quintanarroenses que pueden ser buenos candidatos del PRI ahí están porque han sido mencionados con mucha insistencia en medios de comunicación y corrillos políticos.
Pero la opción con tintes de pesadilla es el “Niño Verde”. Y recordemos el fresco antecedente del castigado Chiapas, mal gobernado por Manuel Velasco Coello, un Verde Ecologista que fue respaldado por el PRI y Nueva Alianza. (Radio Fórmula Cancún).
