.
.
.
Novedades Chetumal
.
La lluvia a la séptima potencia que nos ha complicado la existencia desde el pasado fin de semana sacó a flote lo mejor y lo peor de la población y prestadores de servicios, mostrando los flancos de polvorón de nuestras autoridades y las zonas más crujientes de nuestra capital.
Como mando principal en esta demarcación sureña, el alcalde capitalino Eduardo Espinosa Abuxapqui tomó la batuta y respondió al desafío, marcando el ritmo a funcionarios de mil y una batallas, como Juan Manuel Zamarripa Pérez, director de Protección Civil Municipal que se habla de tú con las contingencias.
Abuxapqui no defraudó, aunque muchos mal pensados afirmen que aprovecha la emergencia para llevar agua a su molino y fortalecerse en la batalla cumbre al gobierno del estado, lo cierto es que esto no se puede descartar, como tampoco la reacción eficaz de un comandante en jefe que supo coordinar a los suyos predicando con el ejemplo, al avanzar entre las aguas para dialogar con los damnificados en varias colonias.
El buen ejemplo de Abuxapqui fue seguido por Jorge Aguilar Cheluja (Secretario General del Ayuntamiento) y Luis Espadas (director de Comunicación Social), quien se llevó un 10 con la difusión profesional de textos y fotografías. A todos ellos los vi en acción.
Lamentablemente los regidores se ocultan para resguardarse en su zona de confort, dando por hecho que lo suyo es tan sólo el bla bla ante micrófonos. Reprobable porque pierden la oportunidad de estar en la línea de fuego, o mejor dicho, de agua.
Reprobable el comportamiento de taxistas gandallas que lucraron con la emergencia, cobrando en exceso a los pasajeros que no tenían de otra sopa. Muy mal por ellos, ya que traicionaron al pueblo que les sostiene el negocio.
En esa categoría entra el infame desempeño del titular de Protección Civil Estatal, Luis Carlos Rodríguez Hoy, quien dejó en manos de sus subordinados las tareas críticas y creyó que el aviso de todos en casita lo involucraba a él. Valiente burócrata de aguas negras.
El balance definitivo hay que aguardarlo, pero el avance de las aguas en la colonia Flamboyanes me recordó aquellos años de inundaciones colosales. Pero la afectación ha sido mínima y espero que todo quede en susto.
