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¿Qué diablos pasa con el Hospital Oncológico de Chetumal?

El mandato del gobernador Carlos Joaquín se esfuma y no hay un reporte actualizado de la situación del Hospital Oncológico de Chetumal, obra vital iniciada en el período del priista Roberto Borge. Y este no es asunto del montón, porque se afecta a un núcleo poblacional que en condiciones adversas libra una durísima batalla contra el cáncer, enfermedad que ha arrebatado la vida a muchas quintanarroenses obligadas a atenderse en entidades como Yucatán.

Uno supone que por ser mujer Alejandra Aguirre Crespo tendría mayor sensibilidad y echaría todas las ganas para poner en funcionamiento el Hospital Oncológico ubicado a la entrada de Chetumal, pero la Secretaria de Salud ha sido una decepción en todas las líneas y su gestión es marcada por el valemadrismo y la permanente ausencia, ya que no tenemos el mínimo reporte de ella, como si estuviese en vacaciones perpetuas.

El cinco de noviembre de 2020 la titular de Salud compareció ante diputados y para la glosa del cuarto informe del gobernador Carlos Joaquín. Ahí prometió que este Hospital Oncológico estará listo hasta que termine la pandemia del Covid, cuando hará todas las diligencias pendientes y solicitaría recursos para ponerlo en marcha.

Alejandra Aguirre dijo a los diputados que a fines de 2019 (cito al Por Esto de Quintana Roo) ya habían instalado equipos de última generación, incluido el acelerador lineal y la braquiterapia.

Este Hospital Oncológico fue habilitado de emergencia para atender a los pacientes del Covid y ha sido la única función que ha tenido desde que fue colocada la primera piedra en tiempos de Beto Borge.

El pasado jueves acudí a Cozumel, en cuyo hermoso Museo fue presentado el libro “Nunca estuve sola” de la autoría de la escritora chetumaleña Elvira Aguilar, quien muestra testimonios intensos de 10 mujeres que han dado batalla al cáncer, incluida mi esposa Elvira.

En su intervención la escritora habló del Hospital Oncológico que permanece inactivo y dijo que el resultado de las pruebas tarda hasta seis meses porque se tiene que enviar fuera de Quintana Roo, como en los tiempos del Territorio. El plazo es enorme porque el cáncer avanza con velocidad extrema, provocando graves daños que son la diferencia entre vivir o morir.

Así lo dijo la escritora Elvira Aguilar:

“En la UNEME de Chetumal si una mujer se quiere hacer una mastografía le van a decir que sí porque el mastógrafo sirve, pero le van a decir que el resultado lo vas a tener dentro de seis meses porque el equipo que nos arroja el resultado una vez que se te hizo la mastografía no está en buenas condiciones desde hace muchísimo tiempo y la prueba la tenemos que enviar a otro estado y el estado nos la regresa en seis meses.

¿Qué es lo que pasa en Chetumal? Que las mujeres que tienen dinero se lo pueden ir a hacer de manera privada, pero las mujeres que no tienen dinero tienen que esperar seis meses y en seis meses a lo mejor ya están muertas.

Entonces es una falta de respeto, es una pena que en una república democrática en la que todos tenemos derecho a la salud, porque así lo dice la Constitución, no sea cierto, no todas tengamos esta igualdad, este derecho a la salud.

Tiene derecho a una buena salud, a una buena atención quien tiene dinero. Deja de tener este derecho, se le priva de este derecho a quien no tiene dinero y es una pena que esto suceda.

Hay en Chetumal desde el sexenio pasado un Hospital Oncológico que nunca ha entrado en funciones, lo que también es una pena y es una falta de respeto para todos los quintanarroenses.

Ojalá que las autoridades que están por venir –y esto lo hemos comentado también de cerca con alguien de las autoridades que están por venir– puedan corregir esto y hacer que este Hospital Oncológico de Chetumal entre en funciones y las personas que lo necesiten y sus familias tengan la atención que merecen”.

No es posible que en un estado que le brinda a la Federación la mayor cantidad de dinero en materia de turismo no tengamos acceso libre a la salud, acceso digno a la salud los hombres y mujeres de Quintana Roo que hemos levantado y que hemos hecho este estado. Siempre hay que decirlo.

La presentación del libro en Cozumel fue muy emotiva porque se rindió homenaje a la maestra y promotora cultural Minerva Mari Hadad, quien falleció por el cáncer y dejó su testimonio y creó la bellísima portada del libro, un autorretrato.

Al evento acudieron seis de las 10 protagonistas del libro que plasma el drama y la permanente batalla de las mujeres contra el cáncer, una enfermedad silenciosa que hasta el sol de hoy no cuenta con un valioso combatiente preventivo: el Hospital Oncológico de Chetumal que nos contempla adormecido a la entrada de la capital.

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