La Síndica bacalarense Vanessa Piña Gutiérrez promovió un juicio de amparo ante el Juzgado de Distrito contra actos del diputado local de Morena, Julio Montenegro Aguilar, quien como presidente de la comisión de Asuntos Municipales la citó por propia iniciativa en Cancún para tratar el tema del retiro de la parte esencial de sus funciones, maniobra consumada por el alcalde José Alfredo Contreras Méndez –‘El Chepe’– con luz verde de su Cabildo bajo control férreo.
Pero además de ser citada indebidamente en la distante representación del Congreso del Estado en la zona norte, en el documento firmado por el diputado de Morena domina el prejuicio porque toma partido para justificar al alcalde ‘priista’, quien bajo el agua ya participa en el Verde Ecologista, poderoso aliado de Morena.
Para el diputado Montenegro la Síndica sin partido es culpable y le truena los dedos para que viaje a Cancún y leerle la cartilla como irritado patrón a una subordinada, sin tomarse la molestia de darle una lectura a la Ley Orgánica del Congreso.
El joven cancunense es sometido por el protagonismo que lo dejó en ridículo cuando quiso inscribir en letras doradas el nombre de Mara Lezama –gobernadora electa de Morena– en el muro de honor del Congreso del Estado, postura lambiscona que fue parada en seco por Mara porque no necesita ese almíbar y menos procedente de su mismo partido.
Vanessa Piña dio este paso tan importante para marcar precedente y dejar en evidencia el torpe desempeño del diputado de Morena, quien pisoteando la presunción de inocencia tuvo la ocurrencia de convocar a la Síndica en Cancún, despreciando la sede institucional del Poder Legislativo muy cercana a Bacalar.
El diputado Julio Montenegro quiso exhibir a la Síndica Vanessa Piña y salió raspado, pero el daño lo causa a la bancada de Morena obligada a hacer una mejor selección de sus legisladores para que no lleguen a aprender y a dar este tipo de espectáculos, ya que están obligados a dominar lo elemental de sus funciones.
