Golpe de Mazo
Novedades Chetumal
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Haciendo honor al título de la melodía que hizo famosa el ochentero grupo “Timbiriche”, el PRD nacional lanzó un salvavidas a su ex aliado y también partido de presunta izquierda, el PT, para que en una fusión rápida permitida en la legislación electoral salvar al organismo político que está a punto de la extinción por no lograr el porcentaje mínimo de votación requerido.
A nivel local el dirigente estatal del Sol Azteca, Emiliano Ramos Hernández, abrazó con gusto esta estrategia propuesta desde el centro del país, pues le cae como anillo al dedo ante la ola de renuncias que ha sufrido el PRD en Quintana Roo en las últimas dos semanas.
Y es que el PRD necesita en estos momentos toda la ayuda posible para abandonar la lona, y aunque el PT no representa una fuerza política a temer, sin duda tienen su cuota de votantes y de cuadros políticos para aportar, sobre todo en el sur del estado.
Eso sí, el dirigente del PT, Hernán Villatoro Barrios, y su segundo de a bordo, Mauricio Morales Beiza, tendrían que tragarse las palabras envalentonadas cuando renegaron del “gandallismo” del PRD y juraron que jamás volverían a aliarse con ese partido, al que calificaron como “izquierda falsa”.
Es claro que los dirigentes locales poco tendrán que ver en esta decisión, pues si las cúpulas centrales de ambos partidos deciden fusionarse no les quedará de otra a los petistas de la comarca que aceptar y apoyar la decisión tomada, con todas sus consecuencias.
Claro que la fusión le quitaría el control del PT –o lo que queda de él– a Hernán Villatoro, que por 10 años ha manejado la franquicia estatal del partido como un negocio familiar, administrando las jugosas prerrogativas estatales que reciben mensualmente a discreción y utilizando las posiciones políticas para beneficiar amigos y familiares.
De sumar fuerzas, Villatoro y el PT quedarían supeditados al mando del PRD y, por el escaso poder político que ostentan, sería muy poco lo que podrán obtener a cambio en las negociaciones por posiciones, sobre todo si se considera el canibalismo inmisericorde que se vive en las filas del Sol Azteca. Si acaso, les permitirán conservar su estructura e influencia en el municipio de Bacalar, bastión del petismo local donde el PRD nomás no figura.
Con el tiempo corriendo, Villatoro ya puso a todos sus santos de cabeza para que le hagan el milagrito de salvar el registro del partido, porque de lo contrario se le acaba el negocio que lo ha librado del trabajo.
